siento nostalgia por aquellos monos erguidos
que miraban ignorantes destellos sin bautizo
en el preciso movimiento de los astros
el mundo creció con nosotros a cuestas
ruidos de holocausto recorren ahora
sus doloridas entrañas de tierra
y falta el fuego que ha de venir a nuestros días
.
.
.
.
pero existe un ocaso natural
para el monstruo de la guerra
y no sabemos si el mundo llegue a su fin
o si acabado el ciclo encuentre una luz nueva
después de todo en esta tierra
cualquier cosa que dure más que nosotros
bien podría ser llamada eterna
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